Hace una semana que dejamos atrás la ciudad de Tánger, pero una pequeña parte de ella se vino con nosotros.
Lo que vivimos, sentimos y conocimos nos marcará para siempre. La gran labor que allí se realiza nos sirve como ejemplo de esa Iglesia comprometida, entregada y, paradojas de la vida, evangelizadora. Recordaremos sus gestos, expresiones y sobre todo, sus testimonios de vida. Carmelitas, Calcutas, Hogar, Cruz Blanca, Adoratrices,... en todos y cada uno de ellos pudimos experimentar sensaciones encontradas,...
Pero, es ahora cuando comienza realmente nuestra Experiencia, es ahora cuando nos toca a nosotros dar Testimonio de lo vivido, de propagar la grandeza de la Iglesia Misionera y entregada. Es ahora cuando tendremos que buscar nuestro Tánger particular: un Tánger que puede estar en nuestos abuelos o los ancianos del Asilo; una Cruz Blanca que se rencarna en los chicos de Aprosuba; unas Calcutas reconvertidas en Casa de Acogida; o un Hogar convertido en chicos que esperan catequesis o juegos por la tarde...
Es ahora cuando nos toca comprometernos e intentar cambiar este mundo mediante pequeños gestos.
Y recuerda...
"Siempre habrá un Tánger que necesite de tí."
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